
Conseguir las cero emisiones netas debe ser prioritario para las empresas. El Ibex ya demuestra este compromiso. Por (*) Cristina Raventós
El cambio climático se consolida como una de las principales preocupaciones ciudadanas, así lo demuestran los movimientos sociales en favor del medioambiente. Esta tendencia se multiplica por diversos países, apelando a la responsabilidad de todos los actores sociales: individuos, sociedad civil, comunidades, organizaciones, gobiernos y, por supuesto, las empresas. Estas últimas, especialmente, con la responsabilidad de convertirse en una palanca de cambio ante la mirada de sus inversores y consumidores, demandando más iniciativas concretas, así como una mayor transparencia en sus acciones y planes corporativos contra el cambio climático.
Emisiones de gases de efecto invernadero
La caída histórica de emisiones de gases de efecto invernadero a causa de la pandemia del COVID-19 pone en evidencia la necesidad de una transición hacia un modelo productivo más verde.
En EcoAct, consultora internacional especializada en servicios de consultoría y desarrollo de proyectos de cambio climático, hemos publicado nuestro quinto Estudio sobre el Estado del Reporting de Sostenibilidad que analiza las compañías cotizadas en el IBEX 35.
Compromiso de las empresas
En consonancia con el compromiso adquirido recientemente por el gobierno español, de alcanzar las cero emisiones netas en 2050, las empresas están cada vez más predispuestas a reducir sus emisiones con el fin de contribuir al objetivo global.
Según nuestro estudio, el 60% de las empresas del IBEX se han comprometido a realizar la transición hacia el objetivo de cero emisiones netas antes de 2050, aunque hay que mencionar que solo una de cada cuatro cuenta con una estrategia clara para lograrlo.
Aun así, el indicativo español se encuentra a la cabeza de empresas comprometidas con el cero neto comparado con el resto de índices bursátiles analizados (un 60% frente al 45% del FTSE 100, 43% del CAC 40 y el 30% del DOW 30).
Es necesario hacer aquí una distinción. El cero neto se logra cuando no se generan más emisiones de gases de efecto invernadero de las que nuestros ecosistemas pueden absorber.
Por el contrario, la neutralidad de carbono se logra mediante la compensación de las emisiones a través de la compra de créditos de carbono de proyectos certificados que reducen o evitan las emisiones de carbono.
Dividido por índices, el 22% de las empresas del CAC 40 hace uso de la compensación de carbono como parte de su estrategia climática; seguido del IBEX 35, con el 20% de sus empresas, y el FTSE 100 y el DOW 30 ambos con un 13% del índice.
Lucha contra la crisis climática
Este año, a nivel global hemos observado un aumento en el número de empresas que se declaran neutrales en carbono o cuentan con un producto neutro en carbono.
La neutralidad de carbono sirve de palanca para acelerar la trayectoria hacia el cero neto y pone de manifiesto que se están adoptando medidas eficaces sobre las emisiones que no se pueden reducir a día de hoy, poniendo el foco en la necesaria transición energética.
Pero, a pesar de este aumento en el número de compañías, solo entre el 1% y el 3% de todas las empresas de los índices analizados pueden considerarse neutrales en carbono.
Ningún compromiso puede ser demasiado ambicioso cuando se trata de la lucha contra el cambio climático.
Debemos recordar que alcanzar un nivel global de cero emisiones para 2050 sólo nos da un 50% de probabilidades de evitar las consecuencias más catastróficas del cambio climático según el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change por sus siglas en inglés), por lo que cuanto más ambiciosos seamos, mejor.
Estrategia
Las empresas deben contar con una estrategia rigurosa que contemple al menos tres pilares clave: el establecimiento de objetivos de reducción de carbono, el uso de energía renovable y la compensación de emisiones.
Aunque son cada vez más organizaciones las que se suman al compromiso de alcanzar las cero emisiones netas, hay distintos factores que debemos tener en cuenta para un uso adecuado del término “cero neto” si queremos limitar con éxito el incremento de temperatura global y evitar las peores consecuencias de la crisis climática.
En primer lugar, el cero neto requiere de una descarbonización significativa en línea con la ciencia.
Según el estudio, el 89% de las compañías con objetivos basados en la ciencia consiguen reducciones de emisiones en términos absolutos, lo cual demuestra su eficacia.
También es necesario tener un conocimiento profundo sobre los riesgos y oportunidades climáticos de la organización; asumir la responsabilidad sobre la totalidad de la huella de carbono (incluyendo el Alcance 3, es decir, las emisiones ocasionadas en toda la cadena de valor); y contar con una estrategia sólida, que suponga un cambio transformador y un impulso en la innovación y desarrollo de productos y servicios bajos en carbono.
En resumen, el IBEX 35 demuestra un progreso claro en acción climática.
La puntuación media de nuestro informe para el selectivo español es del 60% (56% en el estudio anterior).
También existe un avance notable en la evaluación de los riesgos climáticos (97%) y su gestión: el 69% lleva a cabo medidas de adaptación y mitigación a los riesgos climáticos, frente a un 54% el año anterior.
Del mismo modo, observamos una tendencia al alza en el uso de escenarios climáticos (49%) como herramienta de análisis.
Ahora es el momento de actuar, ya que según el informe especial del IPCC sobre los impactos del calentamiento global de 1,5 °C, sólo disponemos de esta década para tomar las medidas necesarias para alcanzar las cero emisiones netas y evitar así una situación irreversible.
(*) Cristina Raventós es directora de EcoAct España
Esta tribuna se publica simultaneamente en @Lifewatercool y Creadores de Opinión Verde #CDO, un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de EFEverde
La tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores, a Lifewatercool y a EFEverde
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Sobre LIFE18 CCA/ES/001122 de la UE
Concepto sistémico eficiente del agua para la adaptación al cambio climático en zonas urbanas.
Cofinanciado por la UE en el marco de la iniciativa Life y coordinado por Emasesa tiene por objeto: desarrollar y probar soluciones innovadoras para hacer frente a las altas temperaturas, tanto en exteriores como en interiores, y con escorrentía temporal de agua y situaciones de sequía en un entorno urbano sujeto al cambio climático.
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